domingo, 13 de diciembre de 2009

CRÍTICA DE LA SINRAZÓN IMPURA



Epigramas de Fenelón

Néstor Rojas

*
De la sabiduría de los antiguos yorubas se abre paso, como un puñal, uno de sus proverbios: "Tu lengua es un león: si la dejas a su arbitrio, te devora". Y cómo somos nosotros tan lenguaraces que estamos devorándonos. Movemos tanto la lengua para allá y para acá, la sacamos de la cavidad de la boca, inútilmente.

*
Entre los dientes hablamos sin cesar. Pero no nos escuchamos ni distinguimos lo falso de lo que se dice como verdadero. "Por su estructura misma -nos señala Barthes- la lengua implica una relación fatal de alienación. Hablar, y con mayor razón todavía discurrir, no es comunicar, como suele repetírselo de común y corriente, es someter: toda la lengua es un sometimiento generalizado". Por consiguiente, estamos atrapados, como moscas en la miel, en una estructura de dominio que no nos permite vernos ni comunicarnos. De las aguas turbias huye el abadejo.

*
¿Cómo podríamos salir de las oscuras redes del lenguaje que nos domina? Hay tantos ruidos que imposibilitan la comunicación. Y el entendimiento.

*
Hay palabras que entontecen y asfixian. Que expresan el aburrimiento y el vacío. Resulta mejor, a veces, no abrir la boca, no decir tonterías ni sandeces. El que habla demasiado, debería aprender a hablar menos y hacer más. ¿Cómo nos oímos y entendemos si todos estamos parlando a gritos? No siempre hablando se entiende la gente.

*
Al que parlotea demasiado nadie lo oye. Y cómo oírlo si no para de perorar. Hay que saber guardar silencio y vivir lejos de la palabrería. Apartémonos del discurso oficial de todos los días. No hay nada que moleste tanto como una retórica estéril, vacía.
*
¿Para que abrir el abanico si ni siquiera hay aire? Hoy ninguna promesa dicha por la palabra me complace. ¿Qué ofrecimiento puede compensarnos? Las palabras no pueden resarcirnos por tantas promesas incumplidas.
Ni abano ni abanto. De nada sirve un ventilador pendiente del techo si el toro se espanta cuando ve el matador. Hay muchos abejorros, muchas voces chirriantes. Y zumbidos que matan.

*
Hoy no quiero escuchar a ningún político hablador. Que ninguno me hable. No quiero saber de sus actos oficiales ni de sus embustes transmitidos en cadenas.

*
No comulgo con la pomposidad, con los gestos cantinfléricos, con los verbos que inflaman, con los discursos electoreros. La ripiosidad me hace estornudar.

*
Soy alérgico a las palabras que expresan la vacuidad y el engaño.

*
No hay peor plaga que un orador de aldea convencido de que su palabra es la voz del que no tiene voz. La Voz del Pueblo. ¡Cuánto nos hacen padecer esos incansables habladores con su incontenible verborrea! Nos hablan a cada instante, distrayéndonos con sus discursos pirotécnicos, incendiarios, retóricos de realidades que no existen. Porque la realidad es otra y está allí como una herida abierta y enconada. ¿Cómo salvarnos de los mentirosos y no morir en el intento? No oyéndolos. Dejándolos solos con sus mentiras de vana presunción.

*
Hay que ver cómo promete un político presuntuoso cuando ese cree la salvación del mundo. La Voz de las ovejas silenciosas y maleables que no son soberanas ni siquiera de sus actos. Y nosotros, ilusos nos creemos todo lo que dicen. Y olvidamos que el pensamiento de un lobo basta para matar a una oveja. Nietzsche veía en el lenguaje retórico el lenguaje de las bajas pasiones impulsado por el interés de poder.

*
Los políticos nunca pierden tiempo para improvisar arengas, consignas, mentiras. Y hablan sin descanso, bla, bla, bla y nada dicen. Ni trabajan ellos ni nos dejan trabajar ni descansar. A cada hora nos están vociferando, escupiéndonos sus desgastadas mentiras, sus proverbiales estupideces. Son maestros en el inútil arte de la pomposa grandilocuencia.

*
Nuestra cultura es la máscara de la farsedad: comedia y tramoya. Circo sin pan. Y así vivimos, encandilados con las llamaradas de las ilusiones y los artilugios de los farsantes falsarios. Hipnotizados por los embaucadores expertos en cortinas de humo. ¿Cómo vamos a ver bien entre tantas humaredas que hechizan?

*
Padecemos de muchos males insufribles. Uno de ellos: somos muy dados a hablar tonterías. Vivimos indigestados: y no es para menos. Hablamos demasiado y ni siquiera sabemos lo que hablamos. Nos hemos acostumbrado a las palabras que desgastó la retórica y el abuso.

*
Los políticos han corrompido hasta la lengua. Nos han transmitido el vicio de la palabrería, del discurso infatigable, de la insensatez y de la estupidez.

*
¿Cuándo desdeñaremos las romanzas de los tenores huecos y el coro de los grillos que cantan a la luna?

*
Vivimos inmersos en palabras insubstanciales dichas con intención de engañar, en discursos electoreros, en promesas que jamás se cumplirán. Los políticos a cada momento abren sus bocas para adormecernos con sus chirriantes y megalómanas voces. No piensan, pero hablan. No hacen, pero hablan. Y convencen. Porque hablan. No guían el rebaño, lo confunden. A ellos no les importa la suerte de las ovejas perdidas. Mejor es que sigan descarriadas, sin pensamientos, piensan ellos. Porque, ¿qué pastor quiere perder su gloria en una oveja sin rebaño?

*
Lo importante para un político es encantar al rebaño con mentiras, con mentir.

*
Cómo hemos caído en el vacío del sin sentido. En la incertidumbre de la mentira. En el engaño.

*
Entre tantos habladores profesionales uno no encuentra una puerta de salida. Se ahoga. Sabe que todo lo que se dice desde la tribuna política son falsedades. En la angustia uno se interroga ¿cómo quitarme de encima el peso de la mentira donde me encuentro inmerso? ¿Cómo creer entre tantos falsos profetas? Y el político habla sin ninguna credibilidad. Se apoya en su lengua corrompida que no dice la verdad.

*
"No el que tú me hayas mentido, sino el que yo ya no te crea a ti, eso es lo que me ha hecho estremecer". Es lo que le dice Nietzsche al mentiroso.

*
¿Cómo se le puede creer al político que dice mentiras? Si la credibilidad, como nos dice Víctor Bravo, es la convicción de que quien habla dice o no la verdad ¿qué es lo que convence: la verdad o la mentira? ¿y cómo se verifica la mentira? Con la verdad. Pero el político no habla ni actúa de acuerdo a la verdad. Su discurso no está en conformidad con lo que es real, no es verdadero. Aunque aparente ser sincero, no es veraz.

*
El político mentiroso encuentra siempre una audiencia que le sirve de apoyo, lo respalda y comparte sus mentiras. Aunque sepa que está diciendo mentiras. Se participa entonces de la falsedad. Se pacta con ella a través de un voto. Y el político se siente respaldado. Sabe que tiene en nosotros su sostén de apoyo. Hace que sus mentiras descansen en las nuestras y en otra como la democracia. Porque su mentira tiene credibilidad, es digna de estima y se puede tasar democráticamente. Y aunque no todo en este mundo tiene su precio, a todo se le pone un precio.

*
Más se aprecia la mentira que la verdad. Porque la mentira es apoteósica, apóstata y apostólica. Y tiene tantos apoderados como apoyaderos.

*
Los políticos "no escatiman esfuerzos" para engañar a los que día y noche viven engañados. Ilusos somos. Nos dejamos engañar por el político "carismático", ilustrísimo que pregona la mentira incansablemente. ¿Es que acaso la palabra falsa nos ilumina el entendimiento? Lo oscurece, lo mediatiza, lo embrutece. Nos pone en igual de condición con el estólido que venera su estolidez con tanto estoicismo como los antiguos egipcios al Ibis.

*
¡Con cuánta fe legitimamos mentiras! ¿Quién no sabe a estas alturas insoportables de la vida que todo político es un mentiroso por naturaleza? Busca el poder con mentiras. Y llega al poder diciendo mentiras. Y nunca se cansa.

*
El discurso del poder es una mentira. Una ficción que nos tiene aplastados, sometidos. La búsqueda de la verdad no es la misión del político. Quien lo crea está enfermo de ingenuidad. Y contra eso no hay vacuna que valga.

*
Quien sufre de ingenuidad muere ingenuamente con el estómago vacío y la mucosa bucal inflamada. Y será más ingenuo todavía quien pretenda salvarlo. Terminará estertoroso haciendo el último resuello anheloso de los moribundos.

*
La práctica del poder se asume desde la mentira que avasalla. La mentira dictatorial disfrazada de democracia. La mentira con domicilio en la mansión del gobernante, en el congreso, en el partido. La mentira severa, intransigente que otorga dádivas a los engañados para que sigan creyendo en ella.

*
La mentira no puede ser benévola, dócil, sino tiránica, imperiosa, intolerante. Por eso quien tiene la investidura de un cargo oficial, miente tiránicamente, déspotamente. Y lo hace incluso por razones de Estado. Porque la razón de Estado sólo conoce y reconoce la investidura del poder.

*
¿Qué mortal, viviendo a la sombra de la invisible razón de Estado, puede quitarle validez a la razón de Estado?
Ni siquiera puede combatirla so pena de quedar sin razón o inválido. O muerto. Porque la razón de Estado es intolerablemente intransigente e intrigante. Y siempre tiene su intríngulis. Y se introduce en tu vida aunque tengas derechos o vivas en un estado de derecho.

*
La razón que tiene el vulgo es inútil ante el abuso de fuerzas de la razón de Estado.

*
El pueblo no teme en los peligros. Algún día, no muy lejano, pedirá las cabezas de los charlatanes. ¿Quién escuchará entonces sus palabras estertóreas? Si después de muertos siguen hablando, allá Caronte con ellos.
*
Fenelón detestaba a los habladores de oficio porque entre tantas palabras que pronunciaban no aportaban ni siquiera una sola que aportara una idea.

*
Se puede llegar a ser Príncipe de su país por el favor de los conciudadanos y sin emplear la violencia y la traición. Es lo que denominaría el principado civil. No es necesario para llegar poseer un mérito raro, ni una suerte extraordinaria, sino una feliz astucia (Maquiavelo)

*
Los políticos han aprendido muy bien las lecciones de Maquiavelo. Se han adoctrinado para ser los dueños del poder y conservarlo a costa incluso de la felicidad del pueblo, al que han despojado no sólo de su soberanía, sino también de su estima y valores morales. ¿Qué hace el político para sostenerse en las alturas del poder? ¿Qué acciones ejecuta para no caer a los pies del soberano que es el pueblo? Se defiende usando todos los medios. Con astucia y perfidia, como buen maquiavélico. Hace todo lo necesario, desde faltar al juramento que hizo de servir con lealtad, honor y pulcritud, hasta aplastar las quejas, voces y deseos del soberano.

*
Hoy día, cuando la democracia -que sólo existe en el papel como el horizonte inalcanzable de nuestro tiempo- se desploma en el mundo por falta de más democracia, se comprende mejor a Maquiavelo. Se entiende a la perfección su Manual de la Tiranía, aun sin haberlo leído.

*
Así como las malas costumbres de un pueblo, que se deja corromper por sus elegidos, son parte de su servidumbre, así también es costumbre democrática que el que quiera iniciarse con éxito en la política debe primero maquiavelizarse. Es decir, proceder con astucia y perfidia, servir en cuerpo y alma, no al pueblo que es esclavizado, sino al Partido y a sus líderes que otorgan prebendas y privilegios y actúan como los absolutos caudillos.

*
Para los políticos maquiavélicos la acción política se orienta hacia la búsqueda del poder por el poder mismo. El iniciado debe tener en mente siempre este objetivo. Sólo cuando esté plenamente poseído por el deseo de llegar a la cumbre del poder, se hará posible la materialización de su deseo. De esta manera, el poder se convierte en deseo que (lo) domina, ejerce la facultad suprema y despliega todas sus fuerzas para poseer lo que tiene que ser poseído. El político se aliena en función del poder. Se transforma en su esclavo, en su medio y parte de su dominio. Es otra posesión más que se pervierte y hace todo para ser uno con el poder. El poder mismo. Su encarnación que lo hace concreto, materializando y haciéndolo visible.

*
Todo político aspira a ser, no el mediocre gobernante, sino la encarnación del Príncipe, el tirano hábil, el César Borgia de su tiempo. Se adoctrina para serlo. Aprende a ver la política como el mejor instrumento que le servirá para conseguir el poder y el cual ejerce como un arte utilitario, sin moral, descarnado de todo sentimiento humanitario. Y con el "conocimiento práctico" que obtiene de la diaria relectura de su obra predilecta, llega a la práctica de la política valiéndose de todos los medios para llegar al tan ansiado y buscado poder, que tiene su origen en el pueblo, pero su residencia en un Palacio con guardianes y aduladores.

*
Se entiende entonces el hecho de que Maquiavelo sea el autor de cabecera, el santo patrono de los políticos, que aprenden con las lecciones de Maquiavelo a ser El Príncipe, a seguir al dedillo sus métodos y ejecutarlos con pasión. Porque El Príncipe dice como actuar para ser tirano. Para gobernar absolutamente sin temor ni vergüenza alguna. Convierte al mal político en un pérfido y astuto político que utiliza todo lo que esté a su alcance para ser el gobernante. El dictador. El poderoso que no se conmueve por nada ni siente ningún remordimiento de conciencia cuando manda a su ejército a matar por razones de bien público. Porque la "razón de Estado" ha sido la justificación para cometer los más horrendos crímenes políticos, para masacrar al pueblo y someterlo según la voluntad del poder.

*
Es lo que justifica Maquiavelo en Los Discursos de Tito Livio: justifica toda acción, por más criminal que sea, si va en razón del establecimiento del Orden, si se hace en función de la conservación del poder que encarna absolutamente el monarca y que es uno solo en el poder absoluto, indivisible, capaz de todo lo que conviene al resguardo del poder.
La tesis absolutista que Maquiavelo concretó en El Príncipe, y disfrazó en Los Discursos de Tito Luv class=Section8>
o para garantizar eso no se debía tener escrúpulos ni moral. "Lo importante en la política es triunfar; es no dejarse derrumbar de las alturas del poder; es realizar los objetivos del Estado, aunque para ello hubiere necesidad de incurrir en acciones malas, inclusive en crímenes, los más abominables ante los contemporáneos, si a la larga la obra a realizar termina por justificarlos".

*
En este sentido, el medio que se escoja en política, que no es malo ni bueno, determina el éxito del propósito, el mejor resultado. El fin justifica cualquier medio que sirva para conseguir el poder. Es la máxima de cualquier político. Y el deseo de tenerlo y conservarlo lleva implícito la necesidad de realizar todo y llevar a cabo las peores aberraciones que el hombre ha cometido para tener poder.

*
Es por ello que los políticos modernos, que no se diferencian en mucho de los políticos que hablaba Platón con desprecio, tienen como maestro indiscutible a Maquiavelo. Es su ángel de cabecera, lo consultan a cada instante para saber si sus pasos van bien guiados en la política maligna. Todos los días repasan con infinita devoción sus magníficas lecciones. Subrayan los objetivos de El Príncipe, los procedimientos que el Maestro recomienda para llegar al poder y para mantenerse en él con el consentimiento (sometido) del pueblo.

*
"La verdadera política, dice Platón, es aquella que hace a los hombres mejores". La política que consagra Maquiavelo y que ponen en práctica los maquiavélicos es la que convierte la causa del pueblo en un quejido pisoteado y hambriento. Es la que se vale de todo para someter al pueblo, por su propia elección, a un padecimiento y a un sacrificio constante. Pero el poder lo otorga democráticamente el pueblo en un acto, en el único, donde se siente soberano y capaz de elegir a sus verdugos. Esos que no son los mejores ni nos han hecho felices.
*
En cuestiones de fondo, los políticos andan en la superficie.

*
Cuando a un político le son favorables las encuestas de opinión pública se hace más demonio.

*
La política no es cuestión de ideología, sino de poder.

*
Los políticos viven en una constante pugna por conseguir el poder y mantenerse en él. Se lo disputan como si fuera el reino.

*
La lucha política no se hace para que haya paz, sino cadáveres insepultos en sosiego.

*
Todo político hace discursos moralistas sobre lo que hay que hacer. Pero termina no haciendo nada.

*
Un político es un demagogo por naturaleza.

*
La política es un camino putrefacto que está lleno de trampas, espinos, zamuros e hienas que se disputan lo ya corrompido.

*
El poder se revela ante los ojos deslumbrados de los que lo invocan desde su ceguera.

*
Sólo la muerte puede garantizar la seguridad de los ciudadanos.

*
Los civiles son carne de cañón de las guerras.


*
Todo sistema político tiene su política de terror.

*
En tiempos de conflictos políticos los gobernantes justifican la represión con la represión misma.
*
La propaganda de la lucha política manipula el lenguaje y el lenguaje manipula la verdad.

*
El político usa palabras fuera de su contexto para que votante quede en la luna.

*
El lenguaje de la democracia ha perdido todo valor expresivo, no por exceso de uso, sino por exceso de mentira.

*
La mentira es un lugar común que requiere ser abolida.

*
La democracia está atravesando por una crisis compleja de credibilidad. Ha revelado su fragilidad como el hastío de los ciudadanos hacia la política. Lo que nos queda es el suicidio colectivo.

*
Los efectos de la corrupción no sólo ha quebrantado la confianza que se tenía en la democracia sino también que nos teníamos. Los ciudadanos ya no creen en sí mismos, menos van a creer en unos representantes que merecen la vida eterna como castigo.

*
Los discursos de los políticos expresan la fragilidad de la democracia y la podredumbre del espíritu moderno.

*
El político ha despojado a la política de su carácter sagrado. La ha banalizado a punto de que ya es una expresión de la vulgaridad. La ha desvinculado de los valores morales del hombre.

*
Cuando los huesos están desarticulados el alma no se encuentra.

*
¿Qué queda de esa democracia nacida en Grecia como una disciplina más al servicio de la formación integral del Hombre? ¿Qué queda de su esencia transformadora? La sospecha y el arrepentimiento.

*
El hombre de este tiempo sospecha de todo lo que huela a política. Ya no cree en el fondo ni en ninguna de sus formas. Se ha quedado en el limbo cansado de tantas promesas.

*
En el desprestigio han caído la política y sus instituciones democráticas. Cayeron de lo bajo porque nunca pudieron remontar el vuelo alto.

*
La democracia ha sido degradada, subordinada a los intereses de los partidos y las apetencias de los politiqueros.

*
¿Cómo podría perder vigencia lo que nunca ha estado vigente?

*
Sólo la pobreza hace al Hombre nuevo de una sociedad justa y libre.

*
En Grecia comenzó el desprestigio de la política. Eso no es nada nuevo.

*
En las postrimerías el siglo XVIII aparecieron las democracias representativas como resultado de las revoluciones liberal-burguesas. Hoy ya no existen.

*
En la Antigüedad existía la esclavitud, en la Edad Media, la servidumbre y en la Epoca Moderna, el proletariado con más prole con hambre.

*
¿Cómo nace la democracia, qué aspiraciones la hicieron posible? No surgió de una evolución de la conciencia del hombre por alcanzar los preciados principios y derechos que terminaron en los puestos secundarios.

*
El hombre ha luchado por el afán de riqueza. Las treinta monedas de Judas cuánta sangre se ha derramado.

*
Caín y Abel negociaron la libertad y la igualdad. A cada uno le correspondió su parte de tierra. Caín fue labrador y Abel pastor de ovejas. Pero la serpiente era la más astuta de los animales del campo. " ¿Dónde está tu hermano Abel?" La voz de la sangre de mi mano todavía grita desde la tierra hasta mí.

*
También Caín y Adán comieron de los árboles del jardín. Pero Caín comió del fruto del árbol que estaba en el medio del jardín. Por eso tenía los ojos tan abiertos y fue como un dios: conoció del Bien y del Mal y se quedó con los malos porque los buenos son aburridos.

*
La búsqueda del suelo fértil como sus riquezas siempre han sido y serán las búsquedas de los pueblos de la Tierra.

*
La democracia se inició en la Antigüedad griega como el producto de una lucha de clases que todavía hoy sigue siendo el motivo de confrontaciones políticas entre ricos y pobres. Estos últimos se han multiplicado por la faz de la tierra. Ni siquiera con fatiga saca de ella su alimento. Todos los días cosecha espinas y cardos. Y ni siquiera puede comer la hierba del campo. Porque es para que los ricos jueguen el golf

*
Los pobres fueron echados de la tierra del Edén para que trabajaran la tierra de donde habían salido formados. Pero la tierra ahora le pertenece a los ricos que se quedaron también con las ovejas.

*
Los pobres andan errantes y vagabundos, desnudos y con vergüenza sobre la tierra. Y de todas partes son echados.

*
De esta lucha entre pobres y ricos han surgido diversas experiencias políticas según da cuenta la historia de la humanidad, entre ellas: la democracia.

*
La democracia arcaica era sólo la democracia de la burguesía ateniense. Ahora es la democracia de la burguesía moderna y liberal.

*
La democracia de los griegos no tenía ningún fundamento filosófico y doctrinal, según testimonian los historiadores griegos Herodoto, Tucídides, Xenofonte y Polibio, cuyos trabajos analíticos de la historia de Grecia han llegado a nosotros después de muchas traducciones y versiones.

*
Las ideas sobre la democracia surgieron después de los regímenes monárquicos y aristocráticos.

*
En la escena democrática sigue planteada la lucha entre pobres y ricos, estos últimos dueños hasta de la libertad de los esclavos.

*
La ley social medieval era la sociedad de nobles que tenía siervos. Estos no tenían derechos, sino el deber de trabajar y servir. Como ahora.

*
Los burgueses de hoy también tienen sus sirvientes: los proletariados y los aduladores de puestos y recompensas.

*
San Agustin y Santo Tomás, los Padres de la Iglesia Cristiana, coordinaron los postulados del racionalismo griego con el cristianismo. Acercaron el poder de la Iglesia al poder político. Dogma cristiano más dogma político, que se manifestaban en los monarcas que eran divinos. Pero ninguno de los Padres alzaron su voz para defender a los siervos. San Agustín, incluso llegó a justificar la esclavitud como consecuencia del pecado original y de la expulsión del hombre del Paraíso.

*
La Opinión Pública es tan maleable como la conciencia del pueblo. comunicación". Francois Martou. (Doctor en Economía)
*
La crisis de los sistemas de representación política en occidente está afectando la estabilidad y supervivencia de la democracia cuyo valor se ha devaluado como consecuencia de las actos de corrupción cometidos por quienes no pierden oportunidad para "afianzar la convicción sobre el valor inapreciable del debate político y de la libre expresión del pensamiento como instrumentos irrenunciables de la convivencia democrática" (La cita es de Felipe González. 1995.)

*
La política está hoy tan desprestigiada que ningún alegato sirve para restituirle su valor. Y menos si viene de un político desprestigiado y corrupto.

*
La crisis de credibilidad que vive la política y sufren los políticos, es tan profunda que ya se hace evidente. Está en la superficie, flotando pestilente. Es general y forma parte del debate sobre la deslegitimación que tiene la democracia en estos momentos.

*
¿Quiénes son los responsables del descrédito en que ha caído la democracia? La respuesta parece muy obvia, pero no es excluyente.

*
La visión que tiene cualquier ciudadano ahora sobre su destino es tan pesimista como espeluznante.

*
Los sentimientos de los políticos no son nada constructivos. Son tan dañinos como reflejan sus actos.

*
Lo que guía a un político no es ningún impulso ético. Carecen de ética.

*
Quien se ve inmerso en la política vive orgulloso de sus agallas y de su vocación antropomorfa.

*
¿Cómo se puede ir en contra de la corriente de la historia? Nadando.

*
Con la democracia los ciudadanos se han llevado una gran desilusión. Y ahora, ¿qué viene? Agárrense de las manos.

*
"En todas las montañas sólo la cima es pura", dice el poeta argentino Leopoldo Lugones (1874-1938), quien como todo buen modernista era un buen aristócrata y nunca ocultó su desprecio por la plebe: "Aspiro a una patria que no tenga plebe". En Las Montañas de Oro, Lugones habla de forma abstracta de un porvenir socialista que reportaría al hombre no sólo la felicidad, sino también la grandeza.

*
El derrumbe de la ultima utopía, no ha sido el Muro del Comunismo, si no el de la democracia.

*
El estado actual de cualquier nación democrática es la corrupción.

*
Los partidos no son democráticos. Y si no lo son ¿pueden hacer democracia? La lógica discrepancia nos lleva contra la pared. (Pendiente de la espada).

*
Las alianzas partidistas no buscan salvar la democracia, sino sumar los votos de la minoría que vota porque no le dan otra cosa que hacer.

*
Hay acuerdos negociados que unen a los partidos de la democracia. Los partidos sólo se dejan llevar por sus intereses partidistas. No por el deber democrático.

*
¿Cuál es la razón por la que los políticos han caído tan bajo en el "terrenos político"? Lo que pasa es que nunca han estado arriba. Su caída se corresponde con su mentalidad política.

*
Los políticos no discuten las cuestiones sustanciales que son causas de la crisis política, no porque no tienen criterio, sino porque no les interesa debatir la ausencia de esos criterios.

*
Sólo los políticos ven con optimismo la situación de crisis de la democracia. Ellos ven el mundo desde la "normalidad democrática".

*
¿Cuál la realidad expresan los medios de comunicación de masas? La podredumbre.

*
La realidad de la gente del común no es la realidad de los intereses políticos y económicos.

*
Lo que expresan los medios se corresponde con la realidad de los ciudadanos.
Los trabajos de Adán

Néstor Rojas

*
"Me has echado del Paraíso", dijo el hombre a Dios. "Me has arrojado de ese Todo Perfecto Vientre donde me complacía. Ahora reivindico esta existencia contra ti, te hago me enemigo, mi dios muerto. He adquirido conciencia de mí en oposición. Soy distinto a ti, distinto de todos los dioses que me hacen padecer. A partir de mi Caída Yo Soy mi mismo Dios".

*
Muchos siglos después. "He sido reivindicado por orgullo )Soy distinto a quién? No estoy fuera del alcance de Dios porque lo desafié y lo traté de matar. Lo que de mí me abandona me pone en contacto con esa Presencia de la Conciencia en Sí misma".

*
La existencia del hombre ha dejado de ser heroica. Es humillante. Su desprendimiento de sí mismo lo ha esclavizado a la desesperación, al excepticismo.

*
El hombre de hoy ha perdido sus justificaciones. El sentimiento que tiene de la vida es de profunda decadencia. Siente que vive para nada. Por eso nunca deja de pensar y asumir la muerte como un destino y como la únoica posibilidad, la única puerta para salir de lo insoportable en que se ha convertido su existencia sin Dios.

*
")Dónde están mis camaradas?", se preguntó el único hombre que quedó en la Tierra. Su condena a vivir en soledad es la recompensa por su búsqueda de la inmortalidad.

*
La alteridad del hombre, su otro con quien a veces es uno, )de dónde le viene? )acaso de sí mismo o es reflejo de ese Dios que también se hace otro que lo disntingue de los demás dioses orgullosos?

*
)Cuándo se siente la aparición de la conciencia de sí? )Cuándo uno descubre que puede ser otro distinto al ser original? El descubrimiento de alteridad es la experiencia de la lucidez de la conciencia.

*
)Quién decide hoy lo que será? )Quién decidió lo que hoy soy? La plenitud del asombro me ha convencido de que fue Dios quien eligió mi destino y también quien me dotó de la voluntad para ser otro de lo que hoy soy.

*
El gozo o sufrimiento de ser una persona distinta se adquiere cuando se tiene conciencia de que realmente hemos sido creados -luego engendrados- a imagen y semejanza de Dios.

*
La particularidad de ser es un hecho natural que sólo asombra a los que nunca se ha visto con conciencia de sí en el espejo de la subjetividad.

*
El Yo de Hegel es igual al yo de los demás, pero con la forma universal de lo Absoluto.
*
El descubrimiento de Dios asusta y da terror. Es como encontrarse a sí mismo.

*
El Hombre, hundido en su desesperación, ha arrojado la imagen de Dios al vacío. Ha condenado su vida a la desolación, separado de sí mismo, es decir, de su alma que sufre de ausencia de Dios.

*
Todo encuentro es un atentado contra la mala educación.

*
Con mucho escándalo festivo y demasiados discursos grandilocuentes se conmemoran las fechas más sangrientas de nuestra historia.

*
Se dice hasta el cansancio, como para justificar el exterminio de la cultura indígena, que el descubrimiento sólo fue el "Encuentro de dos mundos".

*
Nosotros no conmemoraramos: hacemos una fiesta.

*
Los judíos conmemoran el holocausto recordando a sus muertos. Todos los años realizan una ceremonia en recuerdo de la matanza. Y lo hacen no sólo para que no se olvide, sino para que no vuelva a ocurrir.

*
Nosotros, en cambio, celebramos la muerte de nuestra raza. Convocamos a una fiesta bombástica que algunos "publicistas" convierten en negocio.

*
Cómo celebro yo el llamado "encuentro de dos mundos". La masacre ahora pasó a ser una feria. Un festival muy gracioso que "celebramos" con banquetes, juegos deportivos, bailes, desfile de carrozas y de trajes típicos de los países clonizadores, cuyas banderas se izan todos los años en señal de festividad.

*
El circo no se acabó ni terminó la tragedia.

EPIGRAMAS




Cuaderno de un sufi


Néstor Rojas


Ediciones CAL
Colección Hebros No. 3


Cuaderno de un sufi
Néstor Rojas @
Ciudad Bolívar, 1995-98

Edición, 1998
Ediciones CAL
Colección Hebros. No. 3
ISBN: 980-01-0687-7
Diseño de colección y portada: CAL
Impresión: CAL

Impreso en Ciudad Bolívar, Venezuela



· El mundo simbólico es un objeto. El mundo es un objeto simbólico. En todo hay o puede haber una función simbólica. Para los griegos los sueños venían de los dioses y eran portadores de verdades ocultas concernientes a la vida profunda de la psique.


· Sólo hay ideas, creencias y prejuicios.


· Toda forma abismal posee en sí misma una dualidad de sentido. El abismo espiritual es como un agujero negro: se hace oscuro de tanta luz que tiene.


· Los pueblos antiguos temían las profundidades marinas y terrestres donde residían los dioses vengativos.


· Los celtas guardaron sus secretos en el interior de una montaña. Los pueblos mediterráneos más allá del horizonte.


· Adán significa el hombre tierra.


· Este tatuaje de estrella me recuerda la alianza con el cielo.


· El aerolito es el símbolo de la revelación. Fuego del cielo como semilla de la vida.


· En todos los pueblos politeístas el Sol ha sido considerado el dios tutelar. Dios de la fecundidad, del horizonte.


· El hombre ignorante es un sabio al revés.

· Quien ignora su realidad, se ignora a sí mismo.

· Antes era un revolucionario. Ahora soy el sistema.

· No me apeno por mi talento, sino por mi cinismo.

· Si no tienes éxito en la vida, apóyate en el fracaso y no culpes al mundo.

· Creo en todo lo que está en mí. El remedio que necesito con desesperación para creer en ti ha comenzado contigo.

· Tengo el martillo y los clavos. No seré mártir de nadie.

· Nadie ni siquiera es Ulises. El mundo es polvo que pasa con el viento.

· La política: ¡Qué profesión!

· La esperanza es un espíritu que no morirá, aunque esté moribunda.

· En todas partes, los perros grandes ladran y los pequeños huyen con la cola entre las piernas.

· La vida es un riesgo. Sobrevivir, eso es lo importante. Sobrevivir, ¿Eso es todo en la vida?

· “¡Que gane el mejor”. Es la frase predilecta de los perdedores.

· Los dedos de los torturadores son los que hacen el símbolo de la paz.

· Todo matrimonio tiene sus días malos. También tiene su oscuridad y sus camas separadas.

· El pingüino no sabe volar; es un pésimo piloto.

· Cuando yo era bebe me golpeé en la cabeza.

· No es la desnudez lo que me entusiasma, sino su gozo.

· La mujer ha demostrado que lleva algo más que un lindo peinado en su cabeza.

· Me contagié más fácilmente de los vicios que de las virtudes. Tuve muy malos maestros.

· ¿Quieres triunfar en la vida? Pruébate a ti mismo en la adversidad.

· La estupidez es un pasatiempo nacional.

· El corrupto admira en los demás las cualidades que no tiene.

· El pobre es hijo de las circunstancias.

· Sólo el que ha conocido los dardos del amor conoce su poder.

· ¿Qué es el fin del mundo? Yo he conocido el fin del mundo.

· El corazón hace cosas que la razón no puede entender.

· ¿Cómo podría aprender el idioma de los demás?

· Antes creía que estaba por encima del Bien y del Mal porque tenía el don que tienen los poetas. Después de varios desaciertos y desatinos me encontré por debajo del Bien y del Mal. Casi soy el no-ser.

· No soporto andar por el mundo repitiendo las mismas tonterías siempre.

· Tarde o temprano uno acepta lo que es: un pronombre indefinido. Nadie. Pero lo acepta cuando ya no tiene otra opción.

· Todo lo que quiero está en este lugar: en la Tierra.

· Tengo miedo de lo que soy, de lo que no soy, de lo que no he sido, de lo que seré. Tengo miedo del miedo que ahora siento.

· De la vacuidad nadie se escapa.

· ¿Será la Muerte la vacuidad absoluta?

· Es defícil afeitarse cuando uno no puede mirarse en el espejo.

· Ya no hay nada en que creer. Hasta la palabra miente.

· Las pesadillas están entre mis asuntos nocturnos. Al que me diga: “¡Buenas
· noches!”, lo mato.

· La máscara sólo se quita el maquillaje para dormir.

· Muchos buscan la verdad; pocos la encuentran.

· El genio hace lo que quiere. El talentotoso lo que debe. El mediocre lo que puede.

· El que quiera salvar la humanidad, que se salve primero.

· La poesía es hija de la nostalgia.

· ¿Cuándo cae la última máscara? ¿Cuándo queda la cara tan desnuda? Cuando la muerte nos desenmascara.

· Yo soy Fausto.

· Primero está la dignidad que la sobrevivencia.

· Toda acción natural es producto de la naturaleza. Siempre desemboca en una reacción que empuja. Todo acto acarrea consecuencias futuras. Vivimos sometidos por leyes que rigen el Universo y establecen el Orden. ¡A pegarse entonces contra la pared¡

· La decepción es el último refugio de los desesperados.

· La tristeza es un desorden biológico.

· Vivir la vida nos cuesta la vida.

· Era un hombre tan tímido, tan tímido que un día se quedó mudo.

· “Ninguna máscara puede esconder la verdad”. Robocot.

· Siempre es difícil hallar el camino de regreso, sobre todo cuando se está extraviado.

· La ira en la familia sólo es amor confuso.

· No es con palabras como vamos a arreglar el mundo.

· El mejor cazador pone en su mira la debilidad de la presa.

· Somos débiles porque no resistimos el dolor.

· todos los argumentos filosóficos parecen verdaderos, pero si los juntas resultan una mentira.

· El sentido de la Historia no apunta hacia la Paz, sino hacia la Guerra. La Paz vendrá después, cuando todos estemos muertos.

· El optimismo es una concepción fundada en la ilusión.

· Un solo hecho va a transformar profundamente el destino, sentido y futuro de la humanidad: ¡la explosión de la Tierra!

· La realidad es de la misma naturaleza del hombre. El caos la rige.

· Detrás de cada acto desesperado hay un hombre desesperado.

· Todo se marchita en el capullo.

· Si Dios a todos nos perdonara, el Infierno estaría vacío.

· La verdadera libertad del hombre siempre lo conduce a la soledad. El desierto es el camino para llegar a ella.

· La mujer especial trae la sonrisa junto con la lágrima.
· Si una víctima quiere respetarse a sí misma, debe respetar primero a su verdugo.

· En cada uno de nosotros hay una víctima presta para poner la otra mejilla y un verdugo presto para torturarnos.

· No son los dioses los que deciden el Bien y el Mal. Tampoco son las circunstancias. No hay accidentes. Ningún cuerpo puede escapar a la ley de la gravedad. Lo que se levantó debe caer.

· Es por la muerte que se renueva la naturaleza.

· La paciencia es la más heroica de la virtudes. Sobre todo cuando no se espera nada.

· Maduramos la libertad en nuestro corazón como la manzana madura el gusano que la destroza.

· El hombre es la célula cancerosa del planeta.

· ¿Será verdad que este mundo es una letrina de corrupción y codicia? Quien diga lo contrario, que lo demuestre con sus hechos.

· Dios crea al dinosaurio. Dios mata al dinosuario y crea al hombre. El hombre mata a Dios y se vuelve dinosaurio.

· ¿Y si vuelven los dinosaurios mientras estamos durmiendo? Me quedaré despierto. ¿Toda la noche? Toda la noche.

· Si no tenemos honor, ¿qué somos?

· La vida de un hombre debe juzgarse por los momentos fuertes, no por los débiles.

· ¿La felicidad? Es difícil extrañar algo que no has tenido.

· La palabra del hombre es su honor.

· No puedes encontrar lo que no has perdido.

· La única forma de salir del abismo es entrando.

· Hasta el más torpe tiene una mujer cariñosa que lo ame mucho.

· Vivimos el Infierno a cambio de la vida.

· La confianza es una calle de doble sentido.

· El futuro es un barranco donde todos caemos para no salir jamás.

· Se puede romper el corazón, pero sigue latiendo.

· Imagina que despertaste un día y todo era un sueño.

· La emoción más fuerte y antigua que ha sentido el hombre es el miedo. Y el miedo más antiguo es el miedo a lo desconocido. A lo que vendrá.

· Uno se aleja de lo que fue y no regresa a lo que ha sido.

· La política es la única profesión para la cual no se juzga necesaria ninguna preparación. Por eso los políticos rebuznan.

· Nunca el último llega a ser el primero.
· Dios tiene una razón para todo. Razón de Estado.

· Sin la flecha el arco es una promesa vacía de vuelo.

· Cada mono tiene su rama.

· Mi vida es un callejón sin salida.

· Todos los santos fueron pecadores alguna vez. Dios adora a los pecadores.

· Sobrevivo solitario frente a mi destino. Los demás son espectadores.

· La Vida me lleva a la Muerte. La Muerte me lleva a la Vida.

· El pecado y la virtud se parecen demasiado. Son caras de la misma moneda.

· ¿Triunfa la ley cuando pierde la justicia?

· La Ley es como la verdad: cada quien la interpreta según sus intereses.

· La vanidad, la codicia y la lujuria conforman la trinidad del éxito.

· El Diablo fue el primer crítico que tuvo la creación.

· La vanidad es el adorno preferido de las mujeres. La belleza es su pecado.

· La vida tenía sentido en los viejos tiempos.

· El alma está en el software. Dios es el que hace los programas.

· La diferencia entre un sabio y un idiota soy yo.

· ¿Quién es el hombre para vivir más que Dios?

· El amor es más fuerte que la carne, pero cuando arde con mucha fuerza, no dura mucho.

· Hay que morir joven para ser héroe. La muerte en la juventud acaba con la posibilidad de cometer errores.

· Dios ayuda a quien se ayuda a sí mismo.

· Cuando las cosas estén más negras y no tengas adonde ir, recuerda: sólo puedes acudir a ti mismo.

· La intención es irrelevante. Lo importante es hacer.

· El amor es la flor del tiempo.

· Al oírte, pensé que había luces en la casa, pero no había nadie.

· Uno debe intentarlo: ganar o perder, ése es el destino.

· La estupidez se hereda de padre a hijo.

· Tenemos que aprender a vivir con nuestras desgracias.

· Sin sorpresas la vida sería aburrida.

· Este mundo es una gran escuela.

· Los santos van donde los ángeles temen ir.

· Los poetas son los héroes de la desilusión.

· Soy un tiranosaurio.

· En el universo todo es libre: haz lo que tengas que hacer.

· Esta palabra es mi voz. La tinta es mi sangre.

· Los que buscan la verdad a menudo son los más grandes mentirosos del mundo.

· Los pensamientos tienen alas y pocas veces son lo que parecen.

· La vida es corta, yo también.

· El amor es un elixir de muchos sabores: unos dulces, otros amargos.

· El día amanece sólo cuando estamos despiertos.

· Un asesino debe tener siempre sentido de humor.

· ¿Cómo enmendar la estupidez del pasado?

· Lo bueno viene de lo malo.

· Lo último que queremos perder es la esperanza. Eso es lo único que queda cuando todo se ha perdido.

· El último escalón es el de la muerte.

· Uno siempre batalla con la esperanza de ganar.

· Cuando la Liebre estaba saliendo, ya la Tortuga había llegado.

· Yo te veo como un sueño del cual no quisiera despertar.

· La esperanza es una brecha por donde un pájaro huye de su cautiverio.

· ¿Qué haremos con las polillas? Encerrarlas en los libros que hablan de la inmortalidad.

· Mi pasión por la Nada pudo más que mi ego.

· El Holocausto, ¿quedó acaso como un pie de página en el libro de la Historia?

· Hay que tener fe en el destino de cada hombre y fe en la búsqueda de su verdad.

· Algunas cosas son tradicionales antes de ir a la batalla.

· Mortal o inmortal, aquí muero.

· El tiempo lo es todo.

· El trabajo es el vicio de los que están aburridos y no saben jugar.

· La ignorancia de un rico es imperdonable.

· No hay más desdichados que aquellos que han perdido la esperanza en sí mismos.

· La conciencia del hombre se balancea entre el Bien y el Mal. Cada día tien que decidir entre el uno y el otro. La elección estebalece la diferencia: la condena al Infierno o la salvación.

· Las mujeres todas son iguales: siempre ordenando.

· Esta tierra es nuestra vida, ¿cómo vivir sin ella?

· Todos somos prisioneros del Destino.

· La Luna es una flor en la alta morada celestial.

· Toda felicidad tiene su Infierno.

· La vida es un abismo, abrázala.

· Los hombres buenos son de segunda clase.

· Cuando se trata de nuestras ideas, no hay que transigir, porque sino caemos en la mediocridad.

· ¿A qué destino conducen todos los caminos? El placer de la vida está en la encrucijada. Roma a todos nos espera.

· La vida se abre camino, se hace en el andar.

· La boa de arena puede esperar durante días sin mover ni un solo músculo.

· Espera hasta que atrapa a su presa, que se cansa de su escondrijo y de su soledad. Prefiere la muerte que el aburrimiento.

· La Luna es el Ojo del Pájaro que Nadie ve.

· Nada en este mundo es infalible, excepto el sexto sentido de la mujer.

· El mundo está fastidiado. ¿Dónde está la voz que nos volverá locos?

· Dios todo lo tolera, incluso las oraciones del pueblo judío.

· Uno está en su casa y tiene tiempo para hablar con el alma del porvenir.

· Los muertos no están muertos. Los hemos despertado para que alegren nuestras abominaciones. Por eso los oímos y batimos las palmas en señal de alegría. ¡Que viva nuestra tragedia! ¡Que prosiga la comedia porque hay llanto y risa para rato! ¿Hay acaso motivo para bajar el telón?

· Los que estén cansados de sus propios papeles que se vayan a la Luna y mueran de aburrimiento.

· El poder de la Bestia viste toga de doctor.

· No soy docto ni doctor. Tampoco licenciado. Nunca he leído los aforismos de Hipócrates ni he pisado ninguna universidad, pero prometo una "carrera brillantísima". Basta conque sea buen poeta y me reía de mí mismo y de mis semejantes.

· El desenfrenado entusiasmo de antaño se ha convertido en nostalgia.

· Quien renuncia a sus ilusiones es porque ya ha muerto. Yo todavía me aferro a las mías. Soy un ilusionado que ha adquirido el sentido del optimismo pragmático.

· La ética del juego del magistrado es la costumbre del ladrón.

· No vivo de la nostalgia de los antiguos días. Mis cantos no son el desfile de recuerdos gloriosos, sino de glorias por recordar.

· ¿Qué obras se salvan del olvido? Las que tengan una buena dosis de melatonina.

· El miserable es víctima de su codicia.

· El mito es una realidad viciosa de la conciencia colectiva.

· Las historias que se cuentan tienen como soporte el lenguaje. Cuando se olvidan es porque han ganado la inmortalidad del olvido.

· No hay enemigo pequeño. El más mortal de los ejércitos vive y se alimenta (dentro) de nosotros. Está en nuestra carne, devorándonos como si el mundo se fuera a acabar.

· La pasión por la carne es mortal.

· Cada quien es protagonista de su propia tragedia y sufre las consecuencias de sus propios vicios. El paraíso está lleno de suicidas.

· Cada uno de nosotros vive entrampado en un círculo vicioso. Quien se atreve a jugar debe pagar el precio del juego cuyo valor más alto es la vida.

· No todos los sistemas de defensa responden a la altura de las circunstancias. Cuando los pacientes están inmunosuprimidos se infectan con cierta facilidad y mueren sin alcanzar la Tierra Prometida.

· En el camino me guía la luz de los instintos.

· El descubridor de las verdades ahora se mira en el espejo de su propia mentira: el poema.

· La realidad es la ficción de Dios.

· Los jóvenes poetas deben comenzar donde terminaron sus maestros: acortando el tiempo de sus propios hallazgos.

· ¿Cómo escapar de los vivos después de muerto?

· La Poesía es una mentira con muchas verdades. Sólo la mentira poética puede revelarle al Hombre su propia verdad.

· La puntuación, decía Apollinaire, entorpece de manera singular el vuelo del poema. Este realiza su carrera de un solo golpe. Todo poema depende de la manera de interpretar el silencio.

· Todo poema depende de la manera de interpretar el silencio.

· La peor frustración para un artista abstracto es que se diga de su obra que tiene un contenido social.

· El intelectual con sentido brechtiano asume la exaltación de la máscara para no parecerse a su tragedia.

· ¿En qué puede trabajar un homme de lettres?

· El valor de un artista radica en su obra. A él se lo lleva el tiempo.

· La política, como la poesía, es una forma de simulación. Máscara que oculta la transparencia del Ser que es oscuro. Pero los políticos han sido más hábiles que los poetas: se han servido de la política para pisotear a los demás. Incluso a los poetas.

· El prurito modernista de alargar los vocablos sin tiento ni medida obedece a una razón política: por la necesidad de rellenar los discursos con ripios y cascotes.
· Lleva el escritor la despensa consigo: un trazo espiritual sin posibilidad de reposiciones, toda una floración de ideas sin eventualidad de otoño.

· Lleva el despertar chispeante una brisa confidente, un latir enigmático de llantos y sonrisas. Una fatalidad, un rezo de ensueños, armonioso raudal, golpe de címbalo, rito y drama.

· La poesía es un duende iluminado y creador que vive de instintos.

· La escritura es una experiencia de extravío, de pérdida.

· El Poeta sólo es un lector más del Poema que todos escribimos.

· El poder poético es misterioso: todos lo sienten, pero nadie puede explicarlo. Los poetas oyen sus voces y no saben de dónde viene.

· Valéry buscaba en todo libro célebre el error que lo diera a conocer.

· La poesía de los sentidos sale de las entrañas, como el asco.

· No hay lectores ni críticos en el zoológico. Y los autores están encerrados en sus jaulas, engordando para la posteridad.

· La Poesía es una subversión plural y dinámico. Una confrontación de textos y pretextos que a veces no logran sacarnos del aburrimiento de la vida oficial.

· El poema es un universo abierto que se opone a todo sistema.
·
· Cuando la escritura refleja sus imágenes, el poema es algo más que una revelación. Es un encandilamiento.

· La escritura es engañosa. Es un espejo que no siempre refleja la verdad. Procura, desatento lector, no sumirte en sus aguas si no sabes leer.

· Lo importante no es contemplar el cristal: hay que ir más allá de la apariencia.

· Los intelectuales de hoy día son como lobos solitarios: sus ideas viven al margen, en la periferia.

· Los balidos delatan la condición del rebaño.

· ¿Qué muerto se acuerda del lugar donde nació hace cien años?

· La angustia aquí vivida es en el cementerio una paz inmóvil.

· La Luna se escondió tras la sombra de un águila.

· Mi corazón es hoy una noche de nubes oscuras.

· En el año del nacimiento del Profeta el Gran Patriarca morirá.

· El Sol oculta la clepsidra entre las tres Montañas.

· Recibe primero el reino del Poema. Lo demás vendrá por añadidura.


· La mentira es carismática, apostólica y romana.

· Nuestro infierno es el paraíso del Mal.

· Uno siempre se queja de la palabra olvido.

· Sea quien sea el que llegue, tiene que abrir la puerta. El último la cerrará.

· Ningún brillo es eterno.

· Lo auténtico permanece intacto para la posteridad.

· Goethe nació para el instante. Hölderlin para todos los tiempos.

· El que vino llegó para quedarse. No le preocupa la cercanía del desierto. Morirá de haber nacido.

· Para unos el Templo está cerca. Para otros, lejos.

· Para ser merecedor de las fortunas del destino hay que soportar con estoicidad el peso de los trabajos y los días.

· La palabra que hoy lees mañana será tu recompensa. Y también tu epitafio.

· El que eligió la desdicha sabe bien que el sufrimiento lo acerca a Dios.

· Las palabras de los hombres son los ecos de Dios.
· La elección libre que el hombre hace de sí mismo se identifica absolutamente con lo que llamamos destino.

· Evita las vueltas del camino. Te puedes marear.
· El sonido destructivo está oculto en la higuera que todos ven.

· El tiempo es una alegoría de la pregunta que no tiene respuesta.

· Hay juegos que no dan risa y risas fuera del juego.

· La ética del juego del magistrado es la costumbre del ladrón.

· El Gran Magistrado preparó una broma para engañar a sus enemigos. Pero un golpe de Estado le estropeó su comedia.

· La broma final está reservada a la muerte.

· Burlarse de los otros y de sí mismo no es exponerse a las burlas de los demás.

· No vivo de la nostalgia de los antiguos días. Mis cantos no son el desfile de recuerdos gloriosos, sino de glorias por recordar.

· Entre Dios y el primer nivel de energía hay un espacio vacío: Dios.

· ¿Qué fueron de las estatuas que elevaron los hombres en homenaje al Hombre?

· A mí no me inspiró la gloria. En vano consagré mi canto a la desolación. Huyo de la tiranía.

· La duda sustenta los instantes que vivo.

· Escribo con la certeza de que nuevo seré expulsado del Paraíso.

· Lo que hago no me da lo que recibo. Sólo me condena.

· Los dioses siempre me han subestimado. Han olvidado que también Yo Soy Dios. Por algo hago poemas.

· Algún día lograré ser perfectamente imperfecto. Como Dios.

· Se ha iniciado mi cuenta regresiva. El Gran Geómetra abre el compás mientras sus subalternos miran la ejecución.

· El filo de la guillotina, como espejo impecable, refleja la risa del verdugo que oculta mi rostro de los escupitajos de los que me seguían.

· Jamás se acaba este desasosiego. Me cuesta demasiado vivir, andar, respirar.

· Todos quieren encontrarse a sí mismo, salvarse. Mas yo quiero perderme, extraviarme para siempre.

· Los afanes de este mundo no son los míos: sé que también ando tras el viento como cualquier mortal, pero no ando persiguiendo la vanidosa fortuna.

· Mi evangelio de vida no es la estupidez.
· Nunca he gozado la abundancia ni he deseado lo que no ha dependido de mí.

· La poesía es lo que me recompensa de no ser feliz.

· Los tiempos no me son propicios. Espero que los dioses sean más benevolentes conmigo. Creo merecer otra oportunidad para saltar el muro de las limitaciones.

· Todavía los Cuervos rondan el desamparo de Vincent. Sin embargo en este cuarto hay luz y está de pie mi voluntad.

· Mi corazón cambia de vuelo bajo la tormenta.

· La cabeza del filósofo es una maraña inclasificable que no tiene remedio. Tiene tantos pensamientos como gusanos hambrientos.

· Como un ángel sin plumas contemplo el mundo desde arriba. Porque estoy derribado, entre nubes.

· Los pueblos sucumben ante las mediocridades y nunca consolidan realidades distintas a la perseverancia del vasallaje.

· El afán de querer ser siempre el primero y nunca el último, así como el anhelo de riqueza y poder, han llevado al hombre al abismo de las paradojas: con Dios y con el Diablo. Su alma alucinada no tiene límites: con apetito de ser se devora desde la cruz del dolor hasta quedar complacido por el goce de su propia condena.

· Lejos de la Gran Marea, de la orilla imposible de la Creación, me siento a pensar en las consideraciones de Salomón. Con espanto comprendo que estoy en los momentos cruciales de mi vida. En la vacuidad de las ideas.

· Por alcanzar el elogio de los mercaderes y de los fanáticos de la falsedad, muchos equivocan su camino. Para conseguir tal fin, no desdeñan ningún medio. Y usan todos los recursos y todas las máscaras. A veces, hasta se valen de la piedad sin escrúpulos para estafar a los cristianos.

· ¿Qué le queda al político y al poderoso de su efímera gloria? La serpiente no extraña el Paraíso, sino la pureza de la Manzana.

· La mediocridad es la religión que tiene más creyentes.

· El hastío es la inmortalidad. Eso lo supieron Adán y Luzbel cuando fueron expulsado del Edén. ¡Cómo será de aburrida la vida de Dios!

· Dichosos los que ganan la gloria de unos días. Sus nombres no serán recordados.

· ¿Vale la pena afanarse tanto? De igual modo se muere de desengaño.
· Para el pensamiento de naturaleza filosófica, lo lejano se vuelve de pronto cercanía. Lo cual comprueba que de la tierra al cielo sólo hay un paso que siempre damos incluso sin darnos cuenta.

· La verdadera vida está ausente. ¿Qué queda de ese cuerpo olvidado? ¿Qué sube a los tiempos perdidos para siempre jamás?


· No es la sombra lo que se vuelve polvo. El espíritu se va de la casa, franquea el espacio, habita otro círculo, lejos de la tierra.

· En el cuerpo viaja el gusano que lo devorará.

· Hay que mirar por encima de los arcos: el cielo del poema nos espera.

· La hora del pájaro pronto se hará vuelo. Tú has sido nombrado entre los elegidos. Elige tu destierro. Cuando la Luna pase, escucharás la trompeta del Ángel que te salvará.

· Ordenó las estrellas. Abrió las manos y surgió una llamarada. Acerca tus ojos: verás el día que esperas. No está distante: viene con tu muerte.

· No olvides tu destino que es una tarde cayendo sobre árboles. Una luz rojiza está sobre el puente. Se oscurecen las distancias. No recuerdes. Contempla ese ocaso. Ese es tu signo.

· Los versos que escribirás serán la patria de los que hoy se buscan en el desierto. Sigue durmiendo.

· Está desnudo, distante. Su mirada es llama que devora lo que sueña.

· A veces se piensa en esas cosas que el cansancio acoge y que en el sueño intentamos revivir. ¿Podríamos volver al día que se fue?

· Los que se alejan nunca vuelven, aunque encuentren el camino de regreso.

· No tengo la pureza de las nubes. Me eligieron los ángeles por equivocación. Soy caracol, no halcón.

· El moho infectó la palabra. Corrompió su esencia. Los indicios del encantamiento aparecerán cuando toques la raya que ilumina el ocaso del Sol.

· Porque convertiste en canto el quejido, tuya no será la gloria. Por siempre serás condenado a subir y bajar por la montaña de tu propio vacío.

· Una puerta se abre. Conjunción astral. Hay que cruzar el río que ahogó la suplica de los que no pudieron. Es necesario saltar el muro de mármol y despojarnos de todo lo que nos ata al fracaso.

· El mañana es la promesa.

· Los que deseen encontrarse tendrán que dominar el corazón.

· Vivimos avasallados por los sentimientos. *

· Lo que hoy se busca surge del tiempo insaciable.

· Bajo la luna llena brilla un puñal. Sobre una roca, junto al río, quedó un hilo de sangre del cuerpo devorado.

· La pérdida de la amistad nos obliga a pensar en el exilio. Y en la cercanía del último instante que nos acerca a Dios.
·
· Nuestros actos nos condenan o nos salvan. Todo depende de la elección que se haga.

· Hay quienes desprecian las delicias del jardín y escogen las llamas de la condenación.

· Los accesos de nostalgia (por lo que pudo haber sido y no fue) a veces arremeten contra el corazón. Cuando eso sucede, ni siquiera la promesa de la felicidad, que siempre es pasajera, puede atenuar la angustia. El espíritu vive más de los crepúsculos que de la luz rosada del alba.

Los jóvenes poetas deben comenzar donde terminaron sus maestros: acortando el tiempo de sus propios hallazgos.

La Poesía es una mentira con muchas verdades.

Sólo la mentira poética puede revelarle al Hombre su propia verdad.

La puntuación, decía Apollinaire, entorpece de manera singular el vuelo del poema. Este realiza su carrera de un solo golpe.

Todo poema depende de la manera de interpretar el silencio.

El intelectual con sentido brechtiano asume la exaltación de la máscara para no parecerse.

La política, como la poesía, es una forma de simulación. Máscara que oculta la transparencia del Ser que es oscuro. Pero los políticos han sido más hábiles que los poetas: se han servido de la política para pisotear a los demás. Incluso a los poetas.

La peor frustración para un poeta abstracto, es que se diga de su obra que tiene un contenido social.

El valor de la autenticidad de un artista no radica en el momento histórico que respira en la obra, sino en el vivir que late auténtico como expresión de su tiempo.

El prurito modernista de alargar los vocablos sin tiento ni medida obedece a una razón política: por la necesidad de rellenar los discursos con ripios y cascotes.

Lleva el escritor la despensa consigo: un trazo espiritual sin posibilidad de reposiciones, toda una floración de ideas sin eventualidad de otoño. Lleva el despertar chispeante. Una brisa confidente, un latir enigmático de llantos y sonrisas. Una fatalidad, un rezo de ensueños, armonioso raudal, golpe de címbalo, rito y drama.

La poesía es un duende iluminado y creador que vive de instintos.

El poder poético es misterioso: todos lo sienten, pero nadie puede explicarlo. Los poetas oyen sus voces y no saben de dónde viene.

Valéry buscaba en todo libro célebre el error que lo diera a conocer: juicio de aristócrata.

La poesía de los sentidos sale de las entrañas, como el asco.

No hay lectores ni críticos en el zoológico. Y los autores están encerrados en sus jaulas, engordando para la posteridad.

La Poesía es un sistema plural y dinámico. Una confrontación de textos y pretextos que a veces no logran sacarnos del aburrimiento de la vida oficial.

Cuando la escritura refleja sus imágenes, el poema es algo más que una revelación. Un encandilamiento.

Los intelectuales de hoy día son como lobos solitarios: sus ideas viven al margen de las necesidades y angustias del pueblo, que vive balando, inclinado hacia abajo. Los balidos bamboleantes delatan la condición del rebaño.

¿Qué muerto se acuerda del lugar donde nació hace cien años? La angustia allí sufrida es una paz inmóvil.

¿Cómo escapar de los vivos hasta después de muerto?

La luna se escondió tras la sombra de un águila. Noche de nubes oscuras.

La mentira es carismática. Apostólica y romana.

Nuestro infierno es el paraíso del Mal.

Sea quien sea el que llegue, tiene que abrir la puerta. El último la cerrará.

Ningún brillo es eterno. Lo auténtico permanece intacto para la posteridad. Goethe nació para el instante. Hölderlin para todos los tiempos.

EL AURIGA CELESTE



Las habilidades del auriga


Néstor Rojas


La centella

Una curva en fuga se refleja en el espejo. Aquí llegamos para que no queden secretos entre su cuerpo y el mío. Yo quiero que ella me tome de rehén, que me esclavice al placer. Que me haga volar sobre sus labios carmesí.

Un relámpago ilumina sus pensamientos. Yo aprieto sus manos con fuerzas. Y ella se echa hacia atrás, con la boca abierta y los ojos cerrados. Y salta cabalgándome. Y bailan sus pezones negros. Grita. Suda. Su respiración se acelera. Oigo sus temblores, los golpeteos de su corazón. Se mueve más a prisa, sin control. Vuelve a gritar y yo lo quierp así, que grite, que grite. La trabajo despacio, con precisión.

Mi sudor cae y resbala por su piel, por sus senos agitados, también sudorosos. El olor a semen sale de sus poros abiertos.

Está en trance, mueve sus nalgas y caderas. Es un remolino de carne partiéndose en orgasmos, saliva. Se mueve, se agita, gime, es yegua galopando que me muerde, que me rasguña, que me jala los cabellos, que grita mi nombre.


El reflejo de Dios

La veo en el espejo: estoy aquí, sobre su cuerpo. Agachado bajo sus piernas. Doblado, retorcido, precipitándome, mojándola. Ella gime, grita y mi lengua es voraz sobre su sexo húmedo y oloroso a semen, se hunde y vuelve a salir, toca los pliegues de su vulva. Es salada su entraña, me embriago. Siento que la cabeza me da vueltas entre sus muslos. Y ella sedienta, deseosa. Iluminada de deseos.


La confusión

Ahora es ella la que lame mi miembro. Pasa su lengua entre mis piernas. Las suyas están separadas, ardientes, temblantes. La cama chilla, va y viene. Las almohadas caen al suelo. El cuarto huele a mar. La toco allí. Mis dedos son suaves, suaves.

La semilla va creciendo. Mi cuerpo se llena de cantares. Y es dulce, placentero el consuelo que me da.


Continuidad

Entreveo el poema, es sueño que se envuelve, reflejo caracol de cristal que atraviesa la esfera, deseoso. Y es piedra soñada el reloj de obsidiana con olor a durazno.

Llego a destiempo sin bulla. Sus ojos brillan como gemas y reflejan la luz, como pozos con lluvia, con sol emplumado, cayendo, quemándome de tantos deseos.


Imagen

Su sexo es algo más que un ámbito magnético, es flor viva, palpitante. Y es palabra que engendra el misterio invisible que a veces se hace alrededor de sus senos que se mueven como si dieran vueltas, eludiéndome. Y yo vuelvo los ojos y me ensueño sobre ella, llego a lo límites, me extiendo y no me detengo, sigo el viaje, extraviado en su cuerpo.


Cúspide

Los tiempos desembocan en mí como reflejos de ámbar. Cómo captarme sin alma en el áureo vacío de su ser. Se moja el papel de la duda: pero ella conoce la pena de los trovadores.

Me estoy en el paisaje secreto, dadivoso. Suerte la mía, la de mis pensamientos que la tocan, la sienten. Esta es la fiesta en el cielo colmado de sol bajo la lengua.

Yo sigo debajo escuchando el gotear. He aquí la enunciación, el sueño. Corre mi semen entre sus piernas como río.

Ella piensa en ese cometa que vieron mis ojos. Se ve batallando en otra parte. Y turbada por los pensamiento, que enamorados vienen, frágiles, se tropieza con mis gritos livianos.


El acecho

Esta tierra es pájaro, aire herido. Cúbreme de viento, llévate la hora de los desgarramientos, déjame aquí en la aridez, en el polvo de la ausencia. Cúbreme resplandor que la noche me sigue y es sombra la luna que me espera.


La retirada

Y oigo el rumor de las hojas y los pasos que huyen en el papel, ensangrentado y la palabra estallando no hay nadie no hay animal ni hombre. Se fueron todos, no hay nada. Casas quedaron vacías ni una flor en la mesa. Solos quedamos sólo tú y yo en esta tierra.


Los amantes

Acércate más, toca la boca del pozo, quítate el velo. No hay temor de pecar, toma el agua bendita abre tus labios, morena, yo no soy el zarpazo. Entreabre el capullo, ávido de mí. Largos fueron los días de espera, y no me espero más porque me desespero, acércate, acércate, ya la espiga te busca el pozo sin asidero, la hendidura.

La posesión

Con la mano extendida, con el aire en el pecho. No me importan las hierbas, acuéstate, mira mi cielo barranco, no me hables de muerte, llama en la oscuridad, yo hundiré mi cabeza, avestruz. Y te diré la palabra que me quema, me quema, más adentro me fluyo sonoro me envagino el tubérculo.
El desfiladero

Te aprieto los pechos, sigo la línea, el canal tobogan. Qué tocamiento, me deslizo de cara al lunar, esto se ahonda, sístole y diástole, cómo se expande, trágame agujero, negro agujero, arrástrame que me estoy en la orilla y no tengo raíz, ser demoníaco ciego iracundo, arrástrame, flor carnívora que se abre.


La confusión

De la tierra al vacío, extraviado, desnudo mi ser jubiloso, esto que soy no se quiebra, renacido me ofrezco deseante, tiemblan tus manos, los latidos se agolpan, suben fluviales que avanzan, se deslizan sin cesar, surtidor, catarata. Y los verbos son plumas, plumas de paloma. Siento el temblor de la carne, fiebre en llama.


La centella

Se hace húmedo como pez como alga, no es fulgor, es deseo. Y el poema refleja, hay calor, no detengas el ritmo, no detengas el cuerpo, gírate por detrás que soy el viento, gírame por delante que se me nuble la vista, que me muerda el vacío, ya comencé otra vez. Qué vértigo, en los trémulos bordes.


El enfrentamiento

La sombra se desprende, pata de buitre. En el agua, reverberando, luz de ángel caído, ese cuerpo en ocaso es estrella pasando. Y yo hundiendo mis dedos y tú abriendo las piernas. Qué maraña, qué selva y el verbo reflejándose en los ojos, qué placer, qué delicia.


El regreso

Y pasa la mano, te oigo y esta espiga subiendo, cabe entre esas cuatro letras, casa, mi refugio, relieve de carne que me quema. Comenzó la ceguera y yo frenético. Acércame a la luz de tus pechos, que me trague el cielo de tu lengua,
que me trague.


Atracción

Si caigo en tu vientre, si mi aprietan tus piernas como arroyo entre mares, quiero navegar en el vacío, navegar y no tocar orilla, no asirme, gira que te gira. Movimiento que vibra y el alma desciende, desciende y este cuerpo es instante, goce que silba, vibrando, vibrándome este péndulo de sangre en tus labios, magnolia.


La intrepidez

Sales subterráneas, jugos derramándose en mi boca. Quiero oírte, otra vez, dime otra vez, pronuncia mi nombre, di las palabras de la desnudez, hazme girar en los cielos oscuros cielos qué intensidad, se nos acaba el día y no hay reposo, no hay sol. Muéstrame el centro del universo, húndeme en tus aguas.

La humildad

No te alejes de mí, no te vayas, sostenme, no me dejes luna entre hierbas ilumina el oscuro, mi corazón herido. Caigo, voy ciego, íngrimo, voy como si fuera, respirar con tu boca yo quiero, respirar, abre tus labios. Qué frescura, aquí no hay apariencias, no hay yo ni tú, el nosotros es el mundo.


El eclipsamiento

El silencio es materia, liebre libre, desnudo, eclipsándose. Me rodeas como si fueras salvaje, mis brazos te buscan. Quiero beber, lamer, tragar lo que me fortifica, dulce aire. Nube en vuelo la noche comienza y es azul mi corazón es caballo, río, tierra que se mueve, arriba, abajo meteorito que late, dentro.


Fuerza

No gira, salta la carne, pégate más, ahógame, es el deseo el que me empuja hacia ti voy pierdo razón cabeza, enloquecido me vierto como agua, como viento, me da goce esta carne, me vuelvo tornado pulpo sediento, 69 con dios incandescente soy tuyo, como tigre indefenso.

El encuentro

Tarde se vuelca en el ojo, un círculo, lengua roja. Y otra vez comienza el manoseo en la entrepierna. Y la escritura discurre, se escurre, caliente, aquí y allá y es flujo mar que se agita, ola, desplegándose vertical, abriéndose y es cuerpo gimiendo, quebrándose.


El corazón de la hueste

Qué viento surcando, rielando rasgando esa ola que vuela. Un chasquido y hay fuego estallando, corre la tinta, fluvial, río con la cabeza hacia afuera y tiembla la piel, huracán es mi cuerpo y el tuyo subiendo como sílaba, como palabra encendida en lo profundo yo estoy, soy topo que te sueña profundo.


Las fauces

Y es agua este cielo llameante este punto que toco, estos muros son míos, nunca los dejaré, qué piedra caliente, olvidé los eclipses, aquí abajo estamos, tú y yo como nunca, pasarán los celestes, escucharán los gemidos y este turbio fluir y esta turbina encendida y esta boca mordiendo, qué manzana mamita.


El abismo

Pájaro saltando, no hay jaula y esta tormenta no acaba, tengo que atarme, atarme a tu cuerpo, tengo que resistir encadenado a ti, cometa. Y esta nave naufraga y es ola en el cielo, ola que se quiebra, remolino. No me quiebres los huesos, no me muerdas así, no, no, mi corazón se ahoga, quiere ala, volar, volar.


Cruzando el río sin un bote

Que no me impulse la rama, que me arrastre el oleaje, fuego no es tiempo aún, vuelo con la tierra en los ojos. Quiero tocar la luna, que me queme, marabí desatada. Qué mariposa traviesa, qué torbellino eres, amada. Hay que evadir, huir, hay que aferrarse al deseo y no morir, sostenerse en el aire, flotar, como si fuera globo.


Las habilidades del auriga

Como aleteo de avispa, como zamuro en picada, noche que se va deshojando, tiempo que se vuelve y devuelve. Y es gelatina la vida acelerada, no es llanto, es risa. Y otra vez un gemido y tu cuerpo saltando, culebra. Te morderé la garganta, te hundiré mis colmillos. Qué destino de pájaro, quiero sangre, sangre.


La dentellada

Aguja atravesó la tela, carne sin ojos, ahuecada. Me quiebro otra vez, me quiebro, hierba fuera del sol. Tu cuerpo crepita creciendo, pliegue en la boca. Como aire como agua como fuego con tierra. Tú me ofreces tu vientre como si fuera fango. Y siento vértigo, ganas de ser lo que soy.

El avance

Escritura vive de los movimientos, gira suspendida en la nada, a la nada que encarna y es cuerpo, latido. Y es tiempo y espacio, río furioso que me invita a nadar. Poema sin estirpe, ángel sin alas, cisne estrangulado ruega por mí que estoy adentro y me lleno de sangre, vuelvo, vuelvo, tengo que ver la luz dentro de ti.


La huida

Quiero irme, vuelo en la selva y estoy que me gozo que no me toca el aire, que me ahogo y te busco al revés y se empluma el verso, ebrio y soy feliz en el huerto. Oye el gemido del polvo, más allá del sepulcro en tus entrañas, no hay tormento, y no dudo ni lloro trémulo el beso como subiendo al borde, vivo tu cuerpo.


La transparencia

Lo derramado se gesta en la hora, la fisura se abre. Cuánta gracia y qué violeta voraz, y es la vida otra vez bajo rosas gemelas yo soy, deslumbrante, soy el maravillado el que nace sin alas y me inclino para tocar tu pecho. Y no es verde la sombra que se mantuvo en secreto que palpita en tu vientre como hongo con iris.
El dominio

Con la rama en mano como nube, como cálida miel que humedece mis labios en tu boca, breve torrente, húmedo, y este ser recatado, cayendo, vibrando. Qué afortunado soy, y es la brasa encendida que deslumbra. Se abrió de par en par la puerta me sorprendió la sangre y es noche este abejorro que vuela que vuela, pulsando.


La tempestad

Como rayo de luna a la orilla como fruto dormido en la mano, caracol y fue mediodía, picaflor que se endosca veloz pasó centelleante, obstinado de sí, extraviado traspasó la tela con huecos, transparente afiebrado jamás se detuvo, siguió, siguió, deseoso. Y fue como verle el ojo al pozo pícaro picaflor.


La pasión

Y me comí el durazno, oh embeleso, fue breve el placer. Acaricié esa luz extendida, rasgándose. Y discurrió posesiva, de la boca al lunar, tú y yo. Tus ojos y los míos como fuegos entre juntos y el corazón todo lleno de fuego, todo lumbre y el infierno tan cerca, qué abismo turquesa.


El espejo

Y está latiendo el deseo, aquí, acá, en esta zona encendida reverbera en el nocturno vacío, encima, debajo y esta estela en mi cuerpo y la ceniza en la frente y tú mirando hacia arriba como buscando tu estrellado y un salto y se rompe el silencio y tú soplando con el clavo en la boca, así no más como si fuera trompeta.


El Ojo del Ángel

Y este fuego en la casa. Y este querer irse, sin cruzar la frontera y este calor recorriéndonos y esta sed que nos seca y él otra vez asomándose, quemándose las sábanas y la ropa en el suelo. Yo abrí la ventana para que entrara aire, quiero aire y hundí mis dedos entre los pliegues para atarme en el fuego.


El naufragio

Es tu vientre deslizándose, son tus ojos ardientes, hinchados entre serpientes, me alcanzaron las olas y me entregué, me alcanzaron los dardos y grité desbocado como lobo con hambre. Y fui el mar y la espuma, meciéndome, con ruidos y chispas y la noche murmurando fresca en la orilla y tú a mi lado azotándome, hiriéndome, comiéndome vivo, villana.


El caído

Y me llenaste la boca de fuego. Y me quemaste el talón, la palma, el pecho y yo turbado dejándome hacer, gozándome y fui diciendo lo que querías de mí y te agarré por detrás hasta que ardieron todos los filamentos y la columna cayó y se abrieron los márgenes, se alargó el horizonte. Frágil, débil, descendí a tu reino resplandeciente.


El combate

Huidizo, salta lo blanco, se desvía. Y toco lo rojo, la herida. Y otra vez en el centro, palpitante como topo tan bajo y no hay aire no hay cielo cercano, ese hueco sin tejas y este follaje que brilla que brama furioso, alucinado. Y de repente una lluvia en mis ojos, más acá del balcón. Y esta mano que pasa y no ve y entra temblando como una fiera.


Las serpientes

Y es son tus senos de almíbar, senos geométricos, saltándome que se mueven y me giran y se van y se vienen como olas encima de mí, perturbándome, dulces picos como dos asteroides manoseados pero están encendidos, llameantes, palpitando. Qué reflejos celestes, cómo se gozan del aire, cómo vuelan de la vela a la proa, como fuegos veloces, insaciables.


En la orilla del río

Qué gozos y eros aquí cerca y rendido a tus pies apurando el licor, una vez más, frente al río y ese cielo frondoso, más amplio y herido, en la maraña cifrado fue sangre en mi boca? fui esperma en tus labios? Adentro, encima, sin oír el rumor de las estrellas, en el agua voy cual soñador navegante, como siempre perdido, naufragando.


El iluminado

Tenue la luz, como pálido soplo más acá de la lengua. Quitiplás, quitiplás y la mancha se extiende y es sangre más abajo del torso, qué cálida rosa, qué hondura ofuscada ¿es que acaso te sueño? Siento tu cuerpo como un hervor. Tuya es esta voz tocándome la oreja, contigo estoy vivo y soy tuyo y es mía esta brasa caliente, amor, amor.


El verdugo

Y ser otra vez el que te abraza. Ser tu verdugo con látigo el que te toca la herida, que te rompe por dentro el que te muerde, el sanguinario, el fumador tempestuoso el lobo embriagado, el lúbrico, el apocalíptico sin estrella. Y tus gritos se elevan, rayos contra nube. Y te hiero la piel no me pidas piedad que nunca olvidarás este día, lucífuga.


La fiebre

La madera cruje, cruje y esta selva me traga. Voy apartando las ramas. Puedo ver el cielo rojo, el follaje se extiende. Los leños arden: Y el fuego se eleva, furioso, llamaradas en el aire. Y la lluvia cayendo allá fuera. Y las hojas girando como gotas que se dan a la vela, como trazos de sol.


El vértigo

Y el cuarto se llena de luz, como hebras moviéndose, luces. Cuántas pulsaciones, luces emplumadas, descendiendo. Y la sangre agitándose, yendo y viniendo. Saltan nuestros corazones. Y se elevan otra vez, contra el cielo lluvioso y son estrellas. Una ráfaga titubea, vacilante, sobre nuestras cabezas.


La tormenta

No pienses que llegó la tormenta, no mires los relámpagos, deja que los cielos naufraguen, deja que la noche murmure. Toca mis fibras, mis músculos, no tengas miedo morena, no te quedes ausente, yo estaré sobre ti, como un guerrero, deja que siga lloviendo, hasta aquí no llegarán las aguas. Y si el aire te abraza no grites, combatiré la tormenta.

LA CAMPANA DEL TIEMPO


Anotaciones de Cronos

Néstor Rojas



Inscripción sobre la corteza de un árbol viejo

Cada instante es la cercanía de la última hora. ¿O es el adiós del comienzo?


La vida es un jardín misterioso

El soplo se arraiga entre hojas muertas y piedras, echa raíces y se abre. Ya en el aire alarga sus ramas, florea. Pasado el tiempo es un jardín misterioso.
Esa es la vida que ha creado algún dios para que todo siga. Es el milagro que nos convida a vivir las horas que pasan.


Somos breves

Sabemos que en la tierra somos breves, pasajeros nada más en tránsito. En ella vivimos una y otra vez, huéspedes de un destino inexorable. En ella morimos una y otra vez. Para que el mundo incansable continúe.


Sentencia

No invoques en vano el nombre de la muerte porque su sombra despertará como dragón y caerá sobre ti. El dios de los tiempos abrasará tus días que se irán al lugar de las hojas ya muertas.


Consejo

Abre las alas si estás decidido a morir. Si tienes miedo de volar, no te asomes al balcón de los pájaros. Un golpe de viento podría lanzarte al vacío.


El viaje

Todo es aire que sale de la boca de Dios, luego es polvo. Todo es vida que no tiene final porque nada termina. Sobre la tierra lo misterioso nunca se detiene: florece aquí y allá, se alarga hacia arriba buscando más luz. En invierno la tierra bebe el agua de los cielos. Se oscurece de aguas que no vuelven. Con las lluvias las semillas se abren, echan raíces. Suben entre piedras y retamas hacia el Sol y vuelven otra vez a echar vástagos las plantas que perdieron sus hojas.


Lamento

¿Cómo huir de la muerte? Hoy lloramos por los que murieron. Mañana, otros llorarán por nosotros. En cualquier parte de la tierra (viajando por el oscuro infinito) solos estamos, abandonados e indefensos ante el Dragón de fuego que nos devorará. ¡Qué inútil es todo esfuerzo nuestro por permanecer!


Todo va a la deriva

A la deriva pasa todo cuanto es bello y palpita. A la deriva vamos todos a la tumba. ¿A qué temer entonces el paso del tiempo? ¿Teme uno acaso que al llegar a la vera ya no pueda volver a la vida que nos ofrece sus frescos y verdes racimos?


Eternidad

La muerte nos quita el gozo bullidor, la carne que nos tienta. La vida nos da nuevamente el gozo bullidor, la carne que nos tienta. Hemos muerto muchas veces y muchas veces hemos vuelto. Un día tras otro.


Todo es ilusión

Lo que anhelamos, la felicidad que soñamos desde la tierra baldía de la enferma ansiedad, no es más que una ilusión pasajera. Nada.


Un rayo es la existencia de los hombres

Un rayo es la existencia de los hombres. Un rayo que pasa fugaz entre los aún no nacidos, los vivos y los muertos. El camino adelante se va entre riscos y nubes. A la espera de nuestros pasos inciertos, que a la tierra volverán.



El tiempo

El tiempo nos lleva hacia la tumba. Nos regresa al exilio de los olvidados.
Conduce hacia nosotros las horas que se irán con el viento, llevándonos.


Todo dejamos en la tierra

En la tierra abandonamos todo lo que nos pesa. El viento se lleva las palabras que salieron para jamás volver. Los libros silenciosos quedan en las viejas y polvorientas bibliotecas, asediadas por el tiempo. Livianos nos morimos para subir por encima de la voz que en la tierra se pierde.


Este día está pasando para jamás volver

Nosotros, mortales, vivimos de apremios y trabajos. Pocas cosas nos consuelan. Casi sin respiro hacemos el esfuerzo de vivir el instante que no vuelve. Aunque pasan lentos los días, nos apresuramos en la búsqueda de la felicidad que nunca llega.


El tiempo presente

Apurado ya viene para precipitarse. Si fuéramos más despacio, sin prisa, otro sería el ritmo de la vida que se va. Quizá fueran más los momentos felices que los sinsabores. Benévolo el sueño sólo aviva el cansancio de la carne que sólo quiere dormir.


La Nave de los Locos

Todos vamos en la Nave de los Locos, perdidos, bajo el umbral de la noche que es eterna. A esta casa volvemos siempre, pero nunca logramos llegar al lugar de los dioses eternos. Las flores del Jardín florecen para nadie. Nosotros mismos vivimos para el viento. Lentes oscuros tenemos en vez de ojos. Con ellos miramos lo que somos: nada.


Cuando no quede nada

Cuando no quede un árbol, cuando todo sea ceniza y asfixia, terreno pedregoso, volveremos al desierto en medio de la noche. Caminaremos con los ojos aturdidos por el sueño y el cansancio. Caminaremos en silencio con la cabeza gacha, ¡con cuánta congoja vuelta pena! Andaremos errantes por la tierra desolada buscando un mundo a donde huir más lejos, de aquí para allá sin saber hacia dónde seguir. Jamás llegaremos al lugar de donde partimos.


Suplicio

Las serpientes nos devorarán. El olvido, ese nombre desolado que nadie pronuncia por temor a deshacerse, nos devorará. Porque el tiempo arrasa con todo. Deshace los templos, las casas, los huesos. Ruinas solamente deja a su paso.


Siete versos en honor al Tiempo

El Tiempo siempre acaba con todo. Deshace lo que el hombre hace. Termina con él y lo sepulta. Día tras día trabaja sin cansarse. Pero la vida cumple su destino. Sigue el camino que lleva hacia ninguna parte.


Contra Dios nadie puede, ni Sísifo

Nunca hay reposo, ni en la muerte lo hay. Siempre velaremos encadenados a una roca. Cual Sísifo cada quien en su infierno. De nada servirá gemir y quejarnos. No es con gemidos y quejas como vamos a remediar nuestros males. Nos afanamos vanamente. Hacemos trabajos inútiles. Andamos tras el viento. ¿Para qué entonces apresurarnos?

Nosotros

Nosotros, hijos de la tierra, vivimos con la cabeza desnuda bajo la tormenta de Dios. Vivimos y pagamos por vivir. Pagamos con nuestra vida los dones que nos dan los celestiales. Porque nada se nos da gratuitamente: Dios todo nos da y todo nos quita.


Vamos hacia la incertidumbre

Con cada paso que damos hacia la incertidumbre vamos dejando el camino de la Vida. Vamos muriendo. No hay mundo seguro donde podamos escondernos de la Muerte, no hay refugio ni dios alguno que pueda protegernos. ¿Quién me defenderá de esta sombra que me sigue, de este tiempo que me devora, de este fuego que me consume, de esta hora que se me va?




Todo está en uno mismo

Sonámbulos buscamos afuera las cimas de nuestros paraísos. Escalamos la montaña de la Vida a sabiendas de que jamás llegaremos. Ciegos nos tropezamos unos a otros.
Caemos y otra vez nos levantamos. Huimos por distintos caminos del Infierno en la tierra. Huimos de nosotros mismos. Sin parar, a prisa, marchamos hacia ningún lugar.
Como gitanos sin raíces. Condenados a subir y bajar por la resbalosa roca del deber.
¿Para dónde huiremos cuando ya no quede más que el cielo de nuestro desamparo sobre nuestras desvariadas cabezas?


Sangre de mi vida

La Muerte corre por mis venas levantadas. Es sombra que me sigue para donde quiera que voy. Cuando se me adelante moriré.


Atlántida

Sostengo entre mis brazos la sombra de mi país natal. Mi alma se balancea en el aire.
Hundidos están nuestros huesos. Hundidas nuestras casas, nuestros barcos. Nuestros sueños ya rotos. ¿Qué se hicieron los que antaño vivían? ¿A qué tierra fueron a parar tan diestros navegantes? ¿A qué otra isla?, ¿a qué mar? ¿Habrán tomado acaso el camino de regreso al Paraíso? Yo un bajé por la orilla del mar de los atlantes. Y aquí estoy (a veces sin estar), casi perdido, en esta otra tierra acosada por los mercaderes,
sin saber de dónde viene el viento y adónde va.


Inscripción sobre el polvo

¿A qué dioses ofrendaré esta piedra ennegrecida por el tiempo y este tronco quemado?
Este destierro es la muerte. Mis ojos yacen entre signos de ceniza. ¿A quién clamaré, a qué dios?


De pie seguiremos

No es remota la luz y sin embargo está lejos. Más allá de la boca del túnel. No obstante, nos mantenemos en pie. Algún día llegaremos.


Lo que el hombre quiere

Vivir sin prisa ni lágrimas. Eso quisiera el hombre que cumple su destino. Dormir, escapar de las horas infelices. Eso quisiera el hombre que cruza su desierto y siente como una mordedura en el corazón la dura sequedad de la piedra.

En memoria de un hombre

Donde antes hubo un hombre hoy sólo queda el recuerdo. El polvo todavía enamorado.
Donde antes hubo un yo envanecido hoy sólo queda un eco desvaneciéndose. Sobre lo oscuro y frágil la noche desciende cual halcón sobre su presa.


Destino mortal

Nuestro destino es vivir y morir. Pero nuestra deuda es mayor que todo cuanto podemos pagar con nuestra muerte.


Viento

No quiero oír ese viento que no cesa de andar de un lado a otro, de venirse como león herido, de irse furioso para no sé qué lugar. Es huésped de la incertidumbre. Las hojas caen, heridas, muertas y pasan las horas también heridas y muertas y es tanta la pesadumbre que siento que me dan ganas de echarme al suelo boca arriba y dormir el tiempo que me resta. ¿Para qué despertar si la vida es sueño? Los árboles están cargados de cuervos bajo la Luna Llena. A veces golpean el aire con sus ramas, no cesan de girar bajo la inmensa sombra que se agita.


Tres preguntas

¿Quién cantará sobre las nubes del día? ¿Qué seremos cuando rompa el alba? ¿Qué seré yo cuando vuelva mañana, si es que vuelvo?


Los exiliados de la desesperanza

Todos los días somos expulsados del Paraíso. Vagamos por calles desiertas de árboles y pájaros. ¿Qué buscamos una y otra vez en el reino apenumbrado de la Muerte? Los dioses domésticos sueñan con nuestra llegada al Jardín Delicioso. Pero la vida nos impone la pena de la espera. ¿Debemos seguir esperando por lo que todos soñamos?
Los días pasan y nada se resuelve. Todo sigue en suspenso o está por caer. La vida cuelga como péndola de la rama de la Muerte. Y nada viene que nos haga reír. Nuestro destino es un pensamiento que aún está por caer o abrirse como fruto en la tierra.


¿Quién heredará la Tierra?

Dichoso el hombre que ha descubierto su tumba. Porque de él será la Última Cena de los muertos. Dichoso el hombre que vive feliz y holgado en su real aposento. Porque de él será la ocasión de la muerte eterna. Dichoso el hombre que ha dormido en paraje oscuro, con frío y hambre. Porque de él será el puesto que iba a ocupar Judas Iscariote
en el Reino de los Cielos. Dichoso el hombre que ha vivido como rey. Porque mañana será mendigo y no echará de menos su recámara ni el palacio que fue su prisión. Dichoso el hombre que ha comido la comida más rica entre los muchos hambrientos.
Porque de él serán las sobras de los mercaderes y comensales. Dichoso el hombre que comparte esas sobras con pobres y desamparados. Porque habrá de heredar la Tierra Prometida.


Esperanza

En lo oscuro relampaguea la chispa de lo vivo. Se prolonga su latido en el espacio. Bajo la huella del Sol encontrará su morada.

En uno está el Paraíso y el Infierno

No hay respuestas afuera. (Búscalas dentro de ti). No hay caminos de ascensión a los cielos. (Todos los cielos están dentro de ti). El hombre mira hacia lo alto cuando quiere elevarse. Y mira hacia abajo, orgulloso, cuando cree que está en las alturas de los dioses. Cuando se cree un dios. Pocas veces se mira hacia dentro para hallarse a sí mismo. ¿Cuándo subirá ya despojado de todo lo que le pesa?


La ruta

La ruta que buscamos sin cesar, sin descanso aquí y allá, está en lo interior de uno mismo donde sólo lo que es luz puede vivir (subir) sin penas ni glorias.


Nada ha quedado en pie

Todo fue avasallado. Ni un muro quedó, ni la hoja chamuscada. No encontraré oro en esta ruina.


En la fosa común

¿Qué hacen los que están perdidos sin reconocerse? ¿Con qué nuevos ojos ven la muerte que enceguece? Los señalados por la fatalidad, los desheredados de la vida feliz, cavan la fosa común donde seremos todos enterrados.




Consejos para Ícaro

No dejes caer tus alas, sacúdelas, levántalas y lánzate hacia adelante. No te hundas en el pozo del tiempo que devora. Que no te lleve, despierta porque ha llegado tu momento de luchar. No rindas tu última arma, levántate. Todavía hay una batalla que ganar y un sitio adonde ir. Cierto es que hay sollozos aquí y allá y hay sangre, ¡cuánta bajando y subiendo! y hay guerra, ¡cuánta aquí y allá! y muertos, ¡cuántos por toda la tierra quejándose todavía despiertos! Esa es la muerte con sus voces lastimeras. Quienes se van de la vida murmuran sus dolores. Pero tú, pobre Ícaro, no te dejes caer.
Sigue de pie y camina hacia adelante. Volando un día abandonarás esta casa del Horror.



Como jirafa

En esta vida hay que estirar el cuello para poder alcanzar sus frutos y altos ramajes. Para sobrevivir ante el acoso de los demás animales que luchan porque también quieren sobrevivir.


Despojémonos de todo lo que nos pesa

Abandonemos aquí, en este cementerio que ayer fue el paraíso, nuestras más queridas osamentas. Y marchémonos ahora mismo al planeta escarlata. Porque se nos acaba el tiempo. Y ya sabemos que el tiempo es nuestro peor enemigo.


Se aviva a solas la mano que no duerme

Entre ventanas abiertas y columnas de humo respira el tiempo presente. ¿Es insomne lejos de su cuerpo? Cercenada anochece lejos del camino que la hierba borró. Nadie vendrá de tan lejos a buscar su razón de vivir. Nadie vendrá aunque intente venir. Cuando llegue, si es que llega, nada encontrará. Los ojos yacen dormidos. Duermen abrigados en la profunda selva que también quiere dormir. Al Ché


Después de haber leído (de otra manera) a Cavafis

¿Quién ordena el tiempo en una sucesión infinita? Limitado en mis dimensiones, en mis razonamientos, apenas soy capaz de ver una realidad que es superior a mis fuerzas. En virtud de la ley que nos consagra a la muerte todo hombre vive para realizar la perfección de su ser. Gracias a su voluntad de permanencia cada paso que da -hacia una tierra nueva- es un nacimiento. Lo que sucede hoy es la continuación del primer instante. ¿Hacia dónde vamos? El hombre todavía no ha llegado a su punto crucial. No ha alcanzado su fase de equilibrio. Añora la armonía y la estabilidad, pero vive alterado, invadido por fuerzas inferiores. El caos aumenta los conflictos en su corazón y lo debilita ante los fieros enemigos que lo acosan: esos lestrigones, esos cíclopes que no se encuentran afuera, porque los lleva uno adentro.


Soñar es vivir el paraíso de los afortunados

Todos los días intentamos desconocer el destino que a todos nos conduce. Nos despertamos cada día y salimos para una búsqueda nueva. Exploramos aquí y allá y vagamos sin saber para dónde vamos. El camino que recorremos bajo el cielo -bajo el Sol inclemente o en la frialdad oscura del desamparo- nos da sed y hambre. Pero de tanto caminar inútilmente hacia la incertidumbre nos llega la hora de morir. De volver a uno mismo y dejar el alma quieta, en reposo.


La herencia de nuestros antepasados

Vivimos nuestro tiempo a destiempo, azarándonos en una permanente desgracia. Ajenos a la solemnidad reivindicamos los peores valores de nuestros antepasados. Somos hijos de una herencia que no ha corregido sus errores. Que reconoce sus abominaciones. No sabemos guardar las distancias y a cada instante estamos desbocándonos, viéndolo todo desde los ojos de la pasión. Pero al final del combate sola queda el alma sin cuerpo dando vueltas en ese espacio ciego que hemos llamado Dios.


Atila

Por donde pasa el hombre no crece ni la hierba.


El alma vaga desolada entre sombras

¿Qué le diré mi alma atormentada?, ¿acaso: "permanece tranquila, no te asustes y deja que dé contigo lo oscuro?" Nosotros, los mortales, a cada momento apagamos las luces de la vida y cambiamos la escena. Todos los días dejamos que caiga el alma en su profundidad, que se hunda en los vacíos ignotos de adentro. O que ande lastimera sobre la gris superficie de la Tierra. Nosotros, los humanos, casi siempre andamos derrengados por los años sin alzar la cabeza. No vemos el cielo ni la piedra con la cual tropezamos. A diario caminamos cabizbajos, mordidos por la angustia. Por el temor de morir que nos devora. A veces, nos sabemos si despertamos o dormimos. A veces, de repente y sin saber por qué, nuestros ojos se cierran. A veces se abren cuando todo se desvanece y ya no hay nada que hacer. ¿Cuándo moriremos para siempre?



Muchas cosas tuvimos

Los días vienen solos, felices de ser lo que son. Pasan y nada nos dejan. Nosotros miramos una luz a lo lejos y pensamos que es el Sol que ya viene. Ilusos confundimos las horas con las noches y la luz con la sombra. ¿Por qué no abandonamos las palabras y guardamos silencio? Llegan las voces de todas partes. Gritos, oraciones, peticiones y señas que suben a Dios, que nada oye porque cada vez sube más arriba. Se aleja para jamás volver.


El desierto es la Tierra Prometida

Hay que bajar la pendiente, pasar por los filos de la fatalidad. Tocar lo oscuro. Los bordes y el centro del pantano. Hay que cruzar los puentes sin temerle al vacío. Vivir con la muerte porque no estamos solos. Aunque es mucha la soledad que nos cobija. Aunque es mucha la noche que nos cubre. Hay que caminar con el dolor a cuesta, seguir hasta llegar al árbol que espera en el camino. Y desde su sombra mirar lo que nos fue prometido: el desierto.


Despojo

Ese cuerpo muerto entre las hojas muertas aún conserva sus tatuajes. Un día su alma se ausentó de la tierra y se fue. En el cielo espera por su regreso. Otro tiempo viene más aprisa. Cae como árbol deshojándose. Mientras tanto los ojos se van quedando sin luz.
¿Adónde irá con el sol, a qué tierra sin muros regresará?


Entierro

Dejemos que el viento se lleve las flores que caen sobre las tumbas. Pronto se marchitarán. La lagartija en la piedra ha quedado inmóvil mirando la hierba seca. Sobre huesos y piedras resecas quedan nuestros nombres olvidados.

Breve

De la historia de la vida se encarga el tiempo que es el único juez. Y de todo lo que hoy somos, mañana sólo quedará el polvo enamorado. Todo se irá tras el viento. La tierra es nuestra única tumba.


Reflexiones

En la tierra vivió como pudo. Ahora yace dormido en su tumba. Mientras duerme, por encima de él pasa el viento arrastrando las hojas y los susurros de los que ya murieron. Mientras duerme sucede la vida y el momento de los enterramientos. ¡Cuántos son lo que nacen, cuántos los que mueren! Pero el mundo crece por aquí y por allá. Por las calles todos vienen y van agitados, temerosos de morir de repente. Sin embargo, no todos oyen la vida que vive y camina. Transcurrimos a ciegas girando en el vacío, pasando.


Fuera de la Cueva de Altamira

En la mirada llueve como el primer día de la Creación. El hombre de barro se arrincona cantando. Su sombra se desinfla. Desfallece junto a él. Un sonido de tambores, de oboes, de violines y trompetas, se escucha en el aire. Todavía no es de día. Cuando era joven y fuerte, sin buscarlo venía el Sol hacia mí. Entonces mis ojos se llenaban de luz.


La noche no era lo esperado

En la oscuridad se quedaba el tiempo parado. Como en los últimos confines. Varios días vagué sin cesar buscando un poco de agua que calmara mi sed. Marché en la tiniebla. Vi descender las hojas lentamente de sus ramas. Eran pájaros, flechas. Me acosté a la orilla de un lago donde el cielo se reflejaba como cisne. Abrí los ojos. Acerqué el oído a la tierra y de pronto apareció un reino encantado. Por la Casa de los pájaros los Inmortales iban y venían. Los amantes miraban la Luna. Y los juglares en la tierra cantaban. Cuando estaba llegando hasta mí un río cenagoso me arrastró consigo. Durante varios soles y lunas se oyeron campanas y tambores. Y yo me iba como se aleja el pasado. ¿Hacia dónde me iba? La Barca de Caronte me llevaba.


Nadie puede escapar de su destino

Bajo otro cielo estaba buscando quien fui en el pasado. El agua era cielo por dentro. Había nubes y mar. Un vacío giraba sobre otro vacío. Y quise volver, partir de donde estaba. Tocar la tierra, hundirme en el cántaro. Volver a mí que en la tierra palpitaba. Huir de esa fuerza que nos lleva y nos trae, meciéndonos en un instante! Pero,¡cómo puede uno librarse de la muerte que todo lo domina!


Ceniza caliente

Súbete a la piedra más alta de la ciudad a ver si te salvas. El monstruo abrió sus fauces. Se extienden las manos reverentes hacia Él que nos lleva
hacia la oscuridad.


Para vivir llegamos a la Tierra

He allí el rostro del verdugo, su propia máscara. En sus ojos de hiena vemos los alambres de púas, los muertos, los huesos sin luz, el suplicio, los gritos delirantes que aquí y allá se levantan como fantasmas torturados. Todos callan el dolor que sienten, pero se quejan en silencio. En la casa de los verdugos cantan los canarios. El Sol llega como siempre hasta las alambradas que nos separan. A diario alumbra las heridas de los moribundos que hunden sus ojos en sus huecas soledades.

A Dios sólo lo ven los que van a morir. ¿Quién declara, habla y patalea en nombre de la vida pateada? ¿Quién saca su cabeza del pozo donde su alma cayó mientras huía? Nosotros no nacimos cansados ni amarrados a los árboles y piedras. No nacimos esclavos, pero no podemos con los grillos y yugos. Hemos nacido encima de la tierra, encima del agua que bebemos, encima de la piedra que pisamos. Comemos lo poco que encontramos, a veces yerbas. O raíces amargas. Los pájaros viven en los cielos felices y cantan. Nosotros apenas sobrevivimos y nos lamentamos de nuestra suerte tirados en el suelo. Para vivir llegamos a la tierra, no para sufrir.


El alma del pobre se abre como un sol

Su alma crecida, enramada de luces toca la periferia invisible del cielo y vuelve a recordarnos la primera Caída. Vuela ya despierta entre las nubes.
Ha dejado en el hueco terrestre su cabeza y sus huesos. Ahora su sombra vaga en la noche, degollada.


Lo desolado

El último grito se lleva por dentro, como una devastación. El hombre cae
y se levanta una y otra vez. Día y noche recibe castigo de los dioses terribles. A veces sin salivas, y con los brazos amarrados se lanza a la selva donde reñimos a diario para sobrevivir. A veces vive el hombre fuera de la dicha, con collares y vendas, con los párpados cosidos y la boca cosida en plena calle en huelga que es la casa de los amotinados.

No hay paraísos

La promesa divina que animó en el corazón del hombre la búsqueda de la tierra soñada forma parte de la quimera. Los esfuerzos fueron vanos. Los soñadores (hoy desencantados) de la tierra de gracia ahora son los apátridas de la incertidumbre. Sobreviven exiliados del futuro. Sin futuro.

Del Libro de los Días

Estas palabras escritas, que hoy dejo en las manos del “hipócrita lector” para no morir del todo, son adioses de otros días desvanecidos ya de la memoria.